domingo, 24 de diciembre de 2017

Nº 17. LA EXPERIENCIA, LA ESPERANZA

Ella se encontraba en el vivero; flanqueda por plantas de altura desigual y estatuas de la más variopinta estética, transitaba por sus calles, pequeñas avenidas de gran oxigenación.
Ella inició la elección de las macetas que al día siguiente plantaría en su jardín para homenajear a sus seres queridos que no cenarían en la Nochebuena; ni con ella, ni con nadie.
Ella propuso ese ritual a los comensales que compartirían, plato y mantel el 24 de diciembre. Todos aceptaron, aliviados de poder conciliar presencia con ausencia, placer con dolor, Aunque respirando extrañeza, incertidumbre y desconcierto, juntaron fuerzas para sumarse a la plantación nocturna.
Ella, en el invernadero, arrastraba un carrito rectangular, que se pobló de los colores de la petunia, el geranio, el clavel, del olor de la lavanda, el romero, el hierbahuerto, de la alegría de la margarita y de las ganas de vivir.
Ella andaba entre miradas hieráticas de seres mitológicos, animales en yeso o policromados, figuras creadas para el adorno de una fuente o un espacio ajardinado. Esas pupilas mudas y cómplices le acompañaron en silencio hasta que la selección fue completada.
Ella miró con serenidad aquel pequeño vergel; había una planta por cada una de las personas que acudiría, en la noche siguiente, a su hogar para preparar la cena, imposible en otro momento del año. Llegaban de diversos lugares físicos, mentales y emocionales. Tal vez apenas coincidieran en los 365 días venideros. Pero esa noche, sí.
Ella comprendía que la vida no es controlable, sino una gran sorpresa donde cada cuál va configurando su huella que poco tiene que ver con la digital inicial. Comprendía que no quería olvidar a las personas ausentes, sino recordarlas sin sufrimiento. Por esto se le ocurrió plantar, sembrar; era una forma de darles su espacio a quienes no estaban, al tiempo que se permitiera a quienes continuaran, abrirse a otros momentos por venir. Plantarían. Después cenarían.
Ella tenía experiencia pero también…. esperanza. Buena semana.



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