Ella, niña, jugaba, entremezclada
con más gente menuda en el parque infantil. Y jugar era correr, gritar, sudar,
saltar y vuelta a empezar.
Ella, joven, trabajaba pasando inadvertida en medio de la vorágine de
los años .Y trabajar era ser eficaz, doble jornada, techo de cristal y vuelta a
empezar.
Ella, mayor, disfrutaba invisible para el etiquetaje social. Y disfrutar
era hacer, deshacer, hablar, callar, pensar, sentir y vuelta a empezar.
Ella, con el correr de los
años, comprendió que el secreto de la felicidad estaba en la misma felicidad:
que el goce de la luz del sol, de la presencia de los demás y de la
maravilla de la0 respiración no requería de largo viaje pues se podía estar en
contacto con todas esas cosas en cada momento del día. Por eso, al despuntar el
alba o al asomarse el crepúsculo, se
convirtió en atracadora del tiempo,
obteniendo un sustancioso botín. Y atracar era sonreír, sonreírse, transformar,
transformarse, manifestar, manifestarse.Buena semana.
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