domingo, 28 de abril de 2019

Nº 89. SU PRIMERA VEZ


Ella recibió varias cartas en las semanas previas a los comicios.
Ella terminó el almuerzo dominical tomando de postre una pera ercolina. Le gustaba saborear esta fruta que le recordaba la fiesta de San Juan; llegaba entonces la época en la que el mercado local brindaba a la vecindad un jugoso surtido del manjar veraniego.
Ella leyó la propaganda electoral que llegó a sus manos, comparó los diversos programas, presenció los debates televisivos, buscó la certeza, dudó y decidió.
Ella se encontró ante la mesa electoral después de recorrer los entresijos de la cabina en la que papeletas de variada condición desplegaban todos sus encantos seductores.
Ella votó. Era 2019. Era una señora porque era mayor de edad. En su gesto, a la hora de depositar los sobres en las urnas, su corazón y su mente, agradecieron, especialmente a Clara Campoamor, que, un siglo atrás, en 1931 conquistara ,con inteligencia, el derecho del que disfrutaba una centuria después.
Ella se sintió valiosa. Comprendió que tenía algo que decir en la construcción de un mundo mejor.
Ella salió del colegio electoral oyendo regaeton de Ida Susal cantado por Julia Botanz.
Ella tenía diecinueve años. Fue su primera vez. Buena semana.


domingo, 21 de abril de 2019

Nº 88 ETERNO RETORNO


Él puso el tiempo, se bajó del piso, secó el bajel y terminó el saco.
Él puso el saco, se bajó del tiempo, secó el piso y terminó el bajel.
Él puso el bajel, se bajó del saco, secó el tiempo y terminó el piso.
Él  puso el piso,   se bajó del bajel,  secó el saco y  terminó el tiempo.
Buena semana.



domingo, 14 de abril de 2019

Nº 85 PALABRAS COSQUILLAS


Nº 85 PALABRAS COSQUILLAS
Ella contempló los prismáticos en el escaparate recordando que de pequeña le hacía gracia la palabra. Al oírla se imaginaba una colección de prismas con asma, aún cuando no tenía muy claro lo que fuera un prisma ni lo que fuera el asma. Al escucharla por primera vez no sabía leer. Lo de imaginar vino después de sentir las cosquillas en el paladar al pronunciar las tres sílabas de corrido. Tal vez el ser esdrújula contribuyó a hacerla sonreír en aquella ocasión. Tal vez porque fue en primavera. 
Ella con la mirada fija en el objeto expuesto, lo nombró en voz alta, en medio del gentío propio de la hora punta urbana; y sus labios dibujaron una ligera mueca ascendente que se reflejó en la luna del escaparate del que se ausentó el rostro.
Ella siguió su camino, mirando a lo lejos, con el empeño de pronunciar cada día las palabras cosquillas que le hacían brotar la risa antes de imaginar la vida. A lo largo de los años había hecho acopio de ese valioso tesoro que le posibilitaba su uso sin que sufriera merma alguna. Y así tiró pa’ lante, palabra a palabra, paso a paso precedidos de las cosquillas . Buena semana

domingo, 7 de abril de 2019

Nº 84. DE VEZ EN VEZ

Él removió el vaso ancho donde un cardhu a golpe de sabor a barrica tostada en tierras lejanas, refrendaba la categoría anunciada en la etiqueta como Gold Reserve.
Él había renunciado a tener grandes expectativas .Procuraba ir momento a momento. Así, se había preparado un whisky escocés, cuyo origen se remontaba a 1881 gracias al hacer de Helen Cumming, la primera mujer del mundo a la cabeza de una destilería de whisky; según contaba el anecdotario, destacó además por avisar a la vecindad de la visita de inspecciones no deseadas, levantando una bandera. Razones ambas por las que en las botellas de esta bebida, se ha estampado una figura femenina enarbolando dicho emblema.
Él cultivó la paciencia esperando que el hielo se derritiera en un mar dorado que no era ni dulce ni salado pero que le trasladaba a un espacio sin lugar desde el que la vida se resolvía de tal manera que no requería de erudición académica , ni de palabra dicha o escrita para ser sentida.
Él se reservaba, de vez en vez, momentos de intimidad compartida con su pareja, que si bien prefería un buen vino blanco, claudicaba feliz ante el preludio erótico bañado en jugo de malta.
Él anticipaba el goce, paladando la espera, mientras el hielo era ya un recuerdo helado en aquel vaso ancho en el que ambos no ahogarían penas sino que reflotarían placeres que incluían más de un margulleo y entradas a zonas abisales. Buena semana.