Nº 85 PALABRAS COSQUILLAS
Ella contempló los prismáticos en el escaparate recordando que de pequeña le hacía gracia la palabra. Al oírla se imaginaba una colección de prismas con asma, aún cuando no tenía muy claro lo que fuera un prisma ni lo que fuera el asma. Al escucharla por primera vez no sabía leer. Lo de imaginar vino después de sentir las cosquillas en el paladar al pronunciar las tres sílabas de corrido. Tal vez el ser esdrújula contribuyó a hacerla sonreír en aquella ocasión. Tal vez porque fue en primavera.
Ella con la mirada fija en el objeto expuesto, lo nombró en voz alta, en medio del gentío propio de la hora punta urbana; y sus labios dibujaron una ligera mueca ascendente que se reflejó en la luna del escaparate del que se ausentó el rostro.
Ella siguió su camino, mirando a lo lejos, con el empeño de pronunciar cada día las palabras cosquillas que le hacían brotar la risa antes de imaginar la vida. A lo largo de los años había hecho acopio de ese valioso tesoro que le posibilitaba su uso sin que sufriera merma alguna. Y así tiró pa’ lante, palabra a palabra, paso a paso precedidos de las cosquillas . Buena semana
Ella con la mirada fija en el objeto expuesto, lo nombró en voz alta, en medio del gentío propio de la hora punta urbana; y sus labios dibujaron una ligera mueca ascendente que se reflejó en la luna del escaparate del que se ausentó el rostro.
Ella siguió su camino, mirando a lo lejos, con el empeño de pronunciar cada día las palabras cosquillas que le hacían brotar la risa antes de imaginar la vida. A lo largo de los años había hecho acopio de ese valioso tesoro que le posibilitaba su uso sin que sufriera merma alguna. Y así tiró pa’ lante, palabra a palabra, paso a paso precedidos de las cosquillas . Buena semana
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