Ella se
despertó voluptuosa. Era lunes pero en sus entrañas habitaba el domingo. No se
decidía a salir de la cama. El cuerpo de él, escorado en sus caderas, se volvía
ancla y ella no estaba para levar.. casi nada
Ella
había descansado bien. Le embriagaba el placer trocado en recuerdo reciente. Y otra
vez en su boca se instaló el deseo que, avanzando
jadeante, la abriría en un dulce canal. Era
ese camino compartido y sin retorno.
Ella miró
el cuerpo que le había reconciliado con la vida. No lo había buscado y sin embargo .cuando se
encontraron, ambos supieron que habían llegado al final de una terrible
travesía y con naturalidad se reconocieron en la finalidad del otro.
Ella pensó que la vida estaba de su parte. Buscó
los argumentos que justificaran tal pensar en la piel que se confundía con la
suya, en la piel salada, en la piel que acogía el caos. Ella, esta vez, no puso
orden. Buena semana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario