domingo, 10 de febrero de 2019

Nº 76. EL LUCHADOR


Él se despidió.
Él dejó como  herencia sólidas palabras de amor, justicia y solidaridad.
Él hizo posible, con su maestría,  que la Historia fuera contada desde el corazón.
Él, para muchas personas conocidas y muchas más,  anónimas, fue un ser  de crucial importancia, más allá del renombre y reconocimiento público.
Él puso la letra al servicio del compromiso con la humanidad.
Él enseñó que otro mundo mejor es posible.
Él se marchó con la gratitud como sudario.
Él, Antonio Lozano, descansó en paz
Buena semana.


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