domingo, 31 de marzo de 2019

Nº 83. ELLA SÍ



Ella se sorprendió.
Ella se sorprendió gratamente.
Ella se sorprendió gratamente, se reconcilió con el azar.
Ella se sorprendió gratamente, se reconcilió con el azar, bailando como le dio la gana.
Ella se sorprendió gratamente, se reconcilió con el azar, bailando como le dio la gana… dijo sí.
Ella se dijo  sí .Buena semana.


domingo, 24 de marzo de 2019

Nº 82 KILOS Y AZÚCAR



Él leyó el libro que tenía en sus manos” arbusto o  pequeño árbol de 2 a 4  metros de altura, muy ramificado, nudoso, de corteza rugosa, de verde a marrón , o gris claro; hojas grandes, enteras, de color verde intenso, nervios prominentes en el envés; flores axilares, de cáliz campanulado, de color verde pálido, que esconde el fruto o baya de verde a naranja al madurar” Después comprobó que tenía delante de sí un ejemplar que se correspondía con lo recién recitado. Continuó con la lectura en voz alta “Diferentes autores de obras sobre medicina popular canaria ofrecen múltiples beneficios de esta planta medicinal como diurética, espasmolítica, analgésica, anestésica, somnífera, oftálmica, antiasmática, antirreumática, laxante, dermática, antitumoral, tónico hepático, incluso afrodisíaca y antitumoral, etc..”. Cerró el libro y se limitó a mirar alrededor, siguiendo un ancestral consejo que le instaba  a comprobar la lejanía del mar antes de arrancar una planta medicinal. Así lo hizo y tras constatar que el mar brillaba por su ausencia, se agenció una buena porción de hojas con la que seguir regulando la diabetes.Usando este remedio junto a la medicina oficial estaba seguro de ganar la batalla.
Él pensó cómo desde pequeñito,,  ante un mundo tan amargo, su sangre se había rebelado pasándose de rosca con la glucosa; Y ante una sociedad tan falta de afecto hasta el punto de quedar famélico de amor, su cuerpo acumulaba capas de grasas como si de una cebolla se tratara.
Él ya no sabía muchas cosas porque había optado por olvidar gran parte de lo aprendido dado su inutilidad.. Pero comprendía lo esencial. Era un hombre sereno . Había aprendido que debía responsabilizarse de sí mismo. No esperara  que viniera a salvarle mujer alguna que le recordara lo valioso que era simplemente por haber nacido ni por intentar pavimentar cada día con los azulejos de la creatividad. Hasta una época reciente había confundido el reflejo de su imagen en los demás con sí mismo. Y hasta se lo creyó. Fue necesario que  su cuerpo le gritara que parara, que su mente construyera un muro de contención que estableciera límites saludables entre él y el mundo y que se reinventara. Y ahora con menos kilos de grasa y de glucosa, pasa más tiempo cerca de la naturaleza, descubriéndola y descubriéndose en ella. Buena semana.


domingo, 17 de marzo de 2019

Nº 81 SIETE AÑOS




Ella fijó la vista en el almanaque. Su mirada corrió hacia los cuatro dígitos que conformaban el año en curso. Entonces se miró en el espejo y se recordó, siete años atrás, cuando su mundo fue arrasado por una bomba que trocaba en inofensiva la atómica. Su cuerpo modificó su silueta. Primero, porque no pudo ingerir alimentos, salvo contadas excepciones, durante meses. Después, porque se disciplinó en hacer ejercicio, probando uno y otro hasta que se volvió sirena tres veces a la semana en la piscina municipal de su ciudad. Enterró y desenterró recuerdos donde lo erótico le iba a la zaga a lo tanático. Maldijo derrumbada rodeada de escombros. Chilló como nunca antes ante el lecho vacío, sudario cálido que horas antes despidiera a su madre. Y cada día que iba pasando le sacaba una esquirla del corazón hasta que casi dejó de latir y en vez de sangre, bombeaba vacío e impotencia. Se sucedieron las estaciones, ajenas a su desgracia. El planeta, aunque gravemente dañado, siguió girando al margen de su pesar. Entonces ella tocó fondo y le vino a la cabeza el refrán materno, repetido hasta la saciedad, que pretendía remediar todo mal: “De jodido para abajo, no hay más pueblo”, rezaba el dicho. Entonces sintió que solo podía subir. Y se subió a la vida, temerosa en las escaladas iniciales pero certera tras aplicarse en el intento. Entonces adquirió una visión panorámica que integraba su dolor y el ajeno. Entonces se descubrió con otro rostro,serenamente hermoso, con un matiz de sabiduría en la mirada y con una mueca sonriente que visitó su boca y allí fijó residencia. Pasó el tiempo y con él pasaron siete años.Y tras la terrible prehistoria , comprendió que estaba a punto de inaugurar otra etapa que prometía. Buena semana.

domingo, 10 de marzo de 2019

Nº 80 EL INTENTO


Él se dijo "¿y si lo intento?"
Él se contestó " me da miedo" " qué van a pensar de mí" " con la edad que tengo, no estoy para estos trotes" " siempre he tenido mala suerte, seguro que sale mal" " me da no se qué" "mi tiempo pasó"
Él respiró y fue acallando la voz que le cuestionaba. Y al hacer el silencio escucho la voz de su deseo. Primero sonó bajito y después fue aumentando de volumen hasta que resonó en cabeza, tronco y extremidades. Entonces tuvo la certeza y guiando el temor como diestro auriga comprendió " si lo intentas puedes perder o ganar; si no lo intentas, estás perdido" Buena semana.



domingo, 3 de marzo de 2019

Nº 79 DIVINO



Ella  desempaquetaba  parte de la mudanza, tarea en la que había empleado varios días y gracias a la cual la casa empezaba a tener visos de hogar. En medio del salón desembalaba y colocaba objetos viajeros en busca de un lugar en el que habitar.
Ella escuchó el sonido del interfono y observó cómo su pareja se disponía a contestar. Oía pero no entendía la conversación que durante pocos minutos puso huellas de palabras en el imperio de los plásticos estrujados y cartones rotos a tijeretazos.  
Ella se  esmeraba en  situar lo antiguo y lo novedoso en lo que sería, en adelante, un cálido lugar de retorno compartido con él que, con una ligera sonrisa  le comenta  el buen ambiente que parecía reinar en el edificio ya que les acababan de invitar a acompañar a Jesús en su muerte. Continuaba contando que se había disculpado porque junto a su pareja habían empezado a vivir hacía poco tiempo en la casa y no conocían  a los vecinos y por tanto, desconocían quién era el fallecido.
Ella, por un momento pensó que le estaba tomando el pelo. Pero su naturalidad en el gesto rozando lo angelical hizo que estallara en una carcajada que fue a estrellarse contra el férreo muro de la incomprensión por parte de él
Ella le explicó que estaban en Semana Santa y que la muerte de Jesús no hacía referencia a ningún vecino sino a Jesucristo, el hijo de Dios para los cristianos.
Ella se sorprendió de su ignorancia pero su asombro fue mayor cuando  se percató de que a él, ese desconocimiento le traía sin cuidado, más allá de la anécdota.
Ella reflexionó sobre la importancia de lo que se aprende o se deja de aprender, no en épocas diferentes, distanciadas por el espacio o el tiempo, sino en un mismo momento y en un mismo lugar.
Ella se dijo que si era casi milagroso que las personas nos entendiéramos en lo cotidiano, no sabía cómo calificar  la comprensión en el plano  emocional y por seguir con el símil religioso se aventuró a calificarlo de divino. Buena semana.