Llega el verano. No el del shakesperiano sueño de una de
sus noches. Hace calor. Vaya, vaya, aquí sí hay playa. Mueve tus caderas
también cuando algo vaya mal. No soy yo, eres tú. La belleza está en el
exterior. El roce deshace el cariño. Nuevas glorias llegando. Viejas glorias
marchando. A vivir que son dos días…. qué el mundo se va a acabar. Hoy te
quiero más que ayer y mañana, a saber. El fuego quema o purifica en ritos
ancestrales reconvertidos por el poder. El orgullo del orgullo. La orfandad
desolada del vello de punta, ante la globalización del laser depilatorio. El
hastío se asfixia en el estío. El aire engullendo sal con agua y arena.
Llega el otoño. Pero no el que alcanzó al patriarca Aureliano Buendía. La hora se cambia a deshora. Las castañas en batalla contra las calabazas. La vanguardia turronera luciendo palmito en hiper y mercados. Inicio de las rutinas tras su abandono ficticio .La ventolera interna emergente, el silencio externo batiéndose en retirada. Irse de puente en los puentes, tautología viajera. Nuevas glorias llegando. Viejas glorias marchando. La noche asilada en la tarde. El desamor rancio engordando las cifras de la morgue .El día de abril que va a llegar a los finales de noviembre .La niebla empañando los ojos. Lo caduco se deshoja.
Llega el invierno. No solo en Lisboa. Sábanas de franela, extendidas con ilusión, arrastradas con pasión. El gordo navideño cada vez más famélico. El fin del fin para volver a empezar. Control digitalizado envuelto en papel de regalo en la noche monárquica. La paz, paloma cubierta con un sangriento sudario. Trajín carnavalero con sabor a lentejuela .Nuevas glorias llegando. Viejas glorias marchando. El clima, uniformado y radical. Anticipo ansioso de la próxima estación en el tajo británico.
Llega la primavera. No la palaciega de las sonatas del marqués de Bradomín. Las agujas del reloj ahítas de tanto pa’ lante y pa’ tras. La revoltura existencial, a lomos de los alisios. El duelo, disuelto en la muerte y resurrección; o en efímeras estancias en puertos y aeropuertos. La luz brillante paridora del naranja púrpura crepuscular. El libro de fiesta en la Feria. El enrale asomando, primero, el hocico; después, el cuerpo entero. Nuevas glorias llegando. Viejas glorias marchando. Versátiles siluetas de futuribles huellas, perennes o pasajeras. Y de fondo, en cada momento, la banda sonora de cada cual. Buena semana.
Llega el otoño. Pero no el que alcanzó al patriarca Aureliano Buendía. La hora se cambia a deshora. Las castañas en batalla contra las calabazas. La vanguardia turronera luciendo palmito en hiper y mercados. Inicio de las rutinas tras su abandono ficticio .La ventolera interna emergente, el silencio externo batiéndose en retirada. Irse de puente en los puentes, tautología viajera. Nuevas glorias llegando. Viejas glorias marchando. La noche asilada en la tarde. El desamor rancio engordando las cifras de la morgue .El día de abril que va a llegar a los finales de noviembre .La niebla empañando los ojos. Lo caduco se deshoja.
Llega el invierno. No solo en Lisboa. Sábanas de franela, extendidas con ilusión, arrastradas con pasión. El gordo navideño cada vez más famélico. El fin del fin para volver a empezar. Control digitalizado envuelto en papel de regalo en la noche monárquica. La paz, paloma cubierta con un sangriento sudario. Trajín carnavalero con sabor a lentejuela .Nuevas glorias llegando. Viejas glorias marchando. El clima, uniformado y radical. Anticipo ansioso de la próxima estación en el tajo británico.
Llega la primavera. No la palaciega de las sonatas del marqués de Bradomín. Las agujas del reloj ahítas de tanto pa’ lante y pa’ tras. La revoltura existencial, a lomos de los alisios. El duelo, disuelto en la muerte y resurrección; o en efímeras estancias en puertos y aeropuertos. La luz brillante paridora del naranja púrpura crepuscular. El libro de fiesta en la Feria. El enrale asomando, primero, el hocico; después, el cuerpo entero. Nuevas glorias llegando. Viejas glorias marchando. Versátiles siluetas de futuribles huellas, perennes o pasajeras. Y de fondo, en cada momento, la banda sonora de cada cual. Buena semana.